-Horizontes-
El horizonte siempre está.
El anhelo por alcanzarlo,
y nunca lograrlo.
Suite en 13 números, intenta reconstruir las diferentes percepciones que tiene el hombre de la vida, como se adapta o se consume en ella según el espacio físico en el que le tocó vivir. Sus vivencias con alegrías y penares, carencias y anhelos, se irán vislumbrando con cada pieza de esta obra. Se estructura en tres grandes partes: *Ciudad; *Arrabal; *Campo.
Cada uno de estos espacios se encuentra conformado por diversos números musicales que se animan a revelarnos en cada uno de ellos una pequeña y colorida historia.
Ciudad
Hálito/De Canaleta: “De la luz al paso cansino e interminable de la agonía”.
Contraste entre el brote de luz y la oscuridad aveniente. Referencial a la persona que vive “de arriba” o del otro. Su motivo pianístico en 3/4 cuasi moto perpetuo acompañado con bajo un polirrítmico en la guitarra definen el carácter del tema y a su vez una indefinición métrica. La percusión termina de agregar fuerza y pujanza. El bandoneón “dibuja” melodías sobre el entramado rítmico-armónico. El tema B), de carácter más milonguero, resulta una melodía acompañada con una armonía indefinida. Luego de una sección improvisación percusiva y pianística sobre el bajo del motivo de A) de la guitarra, reexpone el tema.
Tulonga: “Aguantar la respiración”.
Hace foco en la paranoia ciudadana muchas veces contenida, que por momentos encuentra su cauce desatándose y generando caos.
Especie de milonga en 3/4. Guarda semejanza con éste género por su característico bordoneo, primero en la guitarra, que evidencia esa reminiscencia milonguera, sumado a la sonoridad que le da las contestaciones del bandoneón. El motivo melódico en el piano se va construyendo hasta llegar al tema principal que va a transitar durante toda la obra.
La percusión se construye también sobre el obligado rítmico (5+4+3). El plano armónico
es el siguiente: Sol menor/ Sol Mayor/ Mi menor. Dicho plano se repite trocado, el piano acompaña y la guitarra junto con el bandoneón generan un contrapunto melódico, hasta desembocar en un Tutti melódico del tema principal. Luego se desdobla comenzando una sección de improvisación hasta el final sobre el bordoneo característico.
Endioses: “Redención y anhelos”.
Es la dicotomía del hombre entre el disfrute por la cultura que ha creado y sus ansias por romperla ya que se le ha vuelto en su contra.
Canción construida en torno a un ostinato en 5/8. Con mucho aire y espacio la voz se desarrolla sobre la base firme de percusión y el motivo en la guitarra, mientras que el bandoneón hace su entrada con sus notas largas generando resonancias. El piano guarda su aparición para un primer interludio corto, donde releva del ostinato a la guitarra, para que ésta última acompañe con una nueva base. A partir de allí con el piano presente, se repiten las estofas y se densifica la textura que acompaña al canto hasta llegar un segundo interludio. Más extensa que la anterior, sobre ésta sección se construye una improvisación en el piano y luego en el bandoneón que por primera vez protagoniza la escena musical. En la coda se transforma el ostinato de forma descendente, mientras que el canto a dúo, se detiene y repite una misma frase. El piano desaparece, mientras que la percusión, la guitarra y el bandoneón crecen junto al devenir del canto.
Se mueve: “El mundo sonoro se apodera del ser”.
Especie de cumbia argentina con mezcla candombera y ritmos latinoamericanos. Dedica al poder de la música y a sus efectos en el cuerpo cuando nos dejamos llevar por su encantamiento y nos vemos envueltos en ella. La guitarra y el piano desarrollan bajos y acompañamientos típicos, junto a la potencia de la percusión. La voz con ritmo sicopado y melodía descendente retrata la sensación que desata la música sobre el oyente. El canto está pensado a 2 y 3 voces, en el cual una le contesta a la otra. La voz femenina renueva y le da frescura al discurso musical, que explota en el coro del estribillo encabezado por la entrada de la flauta.
Arrabal
Vuestralonga: “Como al día siguiente”.
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Intenta reconstruirse. La frescura y el disfrute de caminar por las calles vacías desde la ciudad hacia el arrabal. La nostalgia de las calles, el sol de la mañana, el recuerdo de lo que dejó la noche y lo que promete el día.
Vuelve a hacerse presente un bordoneo “milonguero” en 7/8 que se presenta a lo largo de la pieza. La célula marcada y acentuada por la guitarra va mutando y, entretejiendo melodías a cargo del piano y el violín, madura en diferentes modos: comienza en Jónico con tintes de Lidio; pasa por Mixolidio; vira al modo Eólico; se ensucia y explota con el Frigio. Cuando parece que se acalma y acomoda nuevamente, hacia el final vuelve a teñirse de confusión armónica, para terminar diluyéndose entre el piano, la guitarra y los pizzicatos del violín.
Lamento Negro: “Como si me hubieran dejado”.
Composición cantada que narra el despecho luego de un desamor y el refugio en la música como consuelo. Especie de vals formado por frases regulares en 11/4 (divididas en 3/4 + 3/4 + 3/4 + 2/4), toda su rítmica gira y juega en torno a esa novedosa estructura métrica. La guitarra y percusión marcan la rítmica, mientras que el piano colorea melódicamente y dibuja una especie de montuno expuesto en los interludios. El canto de perfil melódico descendente, resulta un lamento primero a una voz y luego a dos en un registro estridente para el canto tenor.
El Clasiquito: “Quisiera ser… trigueña melodía con acompañamiento”.
De carácter popular como aire de choro y samba, ésta composición construida de manera “clásica” con melodía y acompañamiento, nos transporta al territorio brasilero y a su vez nos obliga a mover el cuerpo acompasando la música. La melodía es interpretada mayormente por el piano y la guitarra, mientras que la flauta realiza contracantos. Formalmente resulta A B A´ A. La parte B es nueva y resulta una segunda sección libre para la improvisación. La novedad del A´ es la variación guitarrística sobre el tema en modo menor, que desemboca en la reexposición que, con un final rearmonizado culmina la composición. La percusión mantiene su patrón “bahiano” durante toda la obra. Homenaje mulato a Gismonti, Oscar Alemán y Horacio Salgán.
Chica rea: "La mujer se empondera".
Composición basada sobre la obra “Children Song Nº 4” de Chick Corea, ésta vez con aire de Chacarera, característicos en el toque de la percusión y el rasgueo de la guitarra. El motivo original comienza fugado, cada instrumento se agrega haciendo contrapunto hasta confluir en el tema B y su consecuente transformación hacia lo folclórico. Surge también una sección contrastante, dónde el tema principal está disuelto en el acompañamiento de guitarra. En simultáneo el piano introduce un tema nuevo con un carácter diferente, que si bien construye y juega constantemente con la melodía, nunca pierde las características del género. El resto de la composición redunda en el tema original.
Campo
Feliz: “El bello vuelo y canto de un pájaro”.
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Especie de danza paraguaya que narra las aventuras de un canario, su canto y su vuelo. Sus motivos están armados y pensados en relación a éste, en dónde cada cambio representa un estado diferente del pájaro. En 6/8 con su clásica polirítmia en 3/4 pero con la novedad de un 3/2 que cada tanto se manifiesta, desarticulando la métrica básica. En la parte B, en la relativa menor, el canto del pájaro está representado por un trémolo de guitarra, mientras que el piano acompaña. Luego vuelve al tema A, pero con mayor densidad, hasta confluir en una cadencia y en una última sección libre.
Coreando una zamba: “Los pañuelos se entrelazan, se unen, se abrazan”.
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Esta zamba, original en su color, va construyendo distinto grados de profundidad en el transcurrir de sus líneas. Profundidad que hace referencia al modo de contemplación y reflexión que invita, por su belleza y características, el paisaje Argentino. Mientras que la percusión acompaña el discurso, la guitarra, el piano, la flauta y el bandoneón dialogan constantemente entreverando cantos y contracantos. Su acompañamiento, una suerte de “ostinato criollo”.
Bailambo: “Como la ave solitaria, con el cantar se consuela”. Martín Fierro.
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Composición que evidencia los recursos rítmicos y armónicos propios del malambo. El título es un juego de palabras entre el género folclórico al cual pertenece y el baile intrínseco a dicha especie. Los motivos pasan de un instrumento a otro manteniendo su carácter y su frescura melódica, que en cada instante nos invita a bailar sin dejar de tararear.
Año bisiesto: “Realismo mágico campero”.
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¿Qué pasaría si aquel que naciera un 29 de Febrero, es decir en un año bisiesto, cumpliera sólo cada cuatro años? ¿Su crecimiento y desarrollo psíquico estuviera condicionado a ser cada esa cantidad de años? La canción cantada imagina la vida de un tal Raúl del Monte, nacido un día bisiesto y sus consecuentes avatares.
Chacarera simple trunca tradicional pero no así su tema, ni su interludio. Mantiene la estructura en la coreografía, aunque contiene una segunda introducción desarrollada e improvisada. Narra la historia de un hombre nacido el 29 de Febrero y los prolegómenos que esto le trae. Guiño a Juan del Monte del Cuchi Leguizamón.
Vidala para la soledad de un niño: “Uno y los demás”.
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En el devenir de la noche y su negrura un niño se reconoce, vislumbra su propia existencia. Ese camino de autoconocimiento lo conduce a un dialogo con su soledad. Con características que nos transportan a un paisaje onírico del noroeste argentino. Un tema melódico que recorre toda la pieza y se termina convirtiendo en una especie de pregón y súplica de un niño a su sombra. Arreglos vocales en 3as propios y otros no tanto de la vidala.